miércoles, 19 de noviembre de 2008

María en la vida de Jesús y de la Iglesia.(religión página 68)


La Virgen María es un gran modelo de fe. Que se pone a disposicion de Dios pra colaborar en el plan de salvacion que Él quiere realizar en Jesucristo.

-Cuando el ámgel le anunció que ella había sido elegida por Dios para ser la madre de su Hijo,aceptó,confiada,la propuesta.

-Acompañó a jesús en todos los pasos de su infancia.

-Propició el primer milagro de Jesús.

-Está al pie de la cruz cuando Jesús agoniza.

-Acompaña a la comunidad de los discípulos.

-Terminada su vida fue llevada a la gloria del cielo.


Salve,María.

Abner llegó desde Caná para comunicar a la nueva familia de Jesús que María había llegado con dos discípulos. La nueva les llenó de alegría.

Llegó maría acompañada por dos discípulos.

Nada más llegar les ofrecieron el saludo de paz y agua para lavar sus pies.Luego, los recién llegados comentaron:

-Los sumos sacerdotes temen que se propague la fe en Jesús. La policía del Sanedrín vigila constantemente a quienes se unen a la causa de Jesús.

La comunidad de Nazaret les informó de la relativa calma de que gozaban.Mientras todos hablaban,María se levantó en silencio y se dirigió a la casa.Intuían lo que sentía en aquellos momentos.Los discípulos se atrevieron a decir:

-María se ha convertido en la principal seguidora de su Hijo.

La muerte de Jesús nos sumió en el dolor y la desesperanza.

Ella,no.Sonreía como quien ve desvelado,por fin,un secreto intuido desde siempre.

Como María no salía.La hallaron el sótano.Abimelec le preguntó si se encontaba bien, ella dijo en voz baja: -Muy bien.Ha valido la pena se la madre de Jesús, el Hijo de Dios-subrayó las últimas palabras-.Cuando el misterio es grande,el silencio es su compañero.

María pasó tres días en casa.En vano intentarion retenerla.Al amanecer,tras abrazar a cada uno,dijo:

-En Éfeso me espera otra nueva familia de mi Hijo,y como buena Madre debo ayudarle a crecer.

Al día siguiente abimelec bajó al sótano y grabó sobre la pared:Xaire María (Salve, María). Fue el recuerdo agradecido a la madre de Jesús.

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